La «ley scout» y las Bienaventuranzas

Hace tiempo me propusieron escribir sobre la relación que hay entre la Ley Scout y las Bienaventuranzas. Me quedé un poco ojiplático, porque lo primero que pensé es «Ah, ¿pero hay alguna relación?». Y sí. Sí que la hay, y bastante interesante. En cuanto me puse a leer y rezar, lo vi claro.

Al final quedó un artículo un poco largo, pero en fin, espero que mis conclusiones os ayuden. Aquí os dejo el texto.

La Ley Scout: Brújula del Scout

Cuando escuchamos la palabra “ley”, a veces nos agobiamos y pensamos cosas como: «¡Oh, Dios mío!, ya empezamos con las normas, mandamientos, preceptos, obligaciones, límites… ¡¿cuándo dejarán de querer controlar mi vida?!».  Y algo de razón llevamos, porque el mundo de hoy tiende a ser tan «paternalista» que pone normas para todo, incluso para lo más privado de nuestra vida. Pero la verdad es que las leyes son tan necesarias como las señales tráfico, o los signos de pista en una exploración, o la brújula y el mapa en un Raid. ¿Imagináis qué pasaría si dijéramos a la brújula: “qué pesada, siempre me manda hacia la misma dirección, yo quiero ir donde me dé la gana”? Sería un desastre. Sin la brújula estaríamos perdidos. La Ley Scout es nuestra brújula, y el Norte que señala es Cristo.

En “Escultismo para MuchachosBaden Powell nos dejó muchos ejemplos sobre el significado y necesidad de la Ley Scout. En una de esas ocasiones escribe: «Lo que hace a un caballero ser caballero, es guardar las leyes de la caballería». De lo que se sigue que lo que hace a un Scout ser Scout, es cumplir la Ley Scout, del mismo modo que decimos que somos cristianos si obedecemos a Cristo. La Ley Scout no es el Evangelio, evidentemente, pero es un buen acercamiento, y  en este artículo intentaré mostrar su relación con las Bienaventuranzas.

En muchos lugares podrás leer que Baden Powell (B.P.), para componer la «ley scout»,  se inspiró en las leyes de caballería, en las de los pieles rojas, e incluso en las de los Zulús y los Samuráis. Pero la realidad es que B.P. no era tan extravagante. Cierto es que muchas veces propuso como ejemplo a caballeros medievales, indios y guerreros africanos, y que se inspira en ellos para ciertas cosas del escultismo, pero, en honor a la verdad, hay que decir que la Ley Scout tiene más en común con el Evangelio que con las leyes de los guerreros Zulús.

Hoy día si hablamos de los zulús somos más escuchados que si hablamos del Evangelio. Queda más pintoresco y atrayente hablar de las tribus africanas y sus costumbres, pero hablar de Cristo no está tan de moda. Y, sin embargo, lo que hizo B.P. fue utilizar las verdades y valores que recibió en su infancia y juventud, y tamizarlas con su experiencia de vida. Él no era zulú ni samurai, sino un cristiano convencido (protestante, y muy buen conocedor de las Escrituras: su padre era reverendo y doctor en filosofía), y un militar de éxito (ingresó en el ejército a los 18 años, y fue todo un héroe).

En general, aquello que nos pide Dios en las Escrituras, está contenido en la Ley Scout. No es que la Ley sea un paralelismo de los Mandamientos (ni pretende serlo) pero, si la lees cerás que lo que la Ley Scout te pide es: amar y servir; tener fe, esperanza, y caridad; ser veraz, fiel y educado; vivir la castidad, la pobreza y la obediencia. ¿Te suenan de algo estas palabras? son las virtudes y consejos presentes en el Nuevo Testamento, eso que nos propone Cristo como necesario para alcanzar la verdadera plenitud y felicidad.

Y ¿qué dice exactamente la Ley Scout? Por si no la conoces, te la copio aquí:

El Scout pone su honor en merecer confianza.
El Scout es leal a su Patria, padres, jefes y subordinados.
El Scout está hecho para servir y salvar a su prójimo.
El Scout es amigo de todos y hermano de cualquier otro scout.
El Scout es cortés y caballeroso.
El Scout ve en la naturaleza la Obra de Dios : ama plantas y animales.
El Scout obedece sin réplica y no hace nada a medias.
El Scout es dueño de sí : sonríe y canta en las dificultades.
El Scout es económico y cuida del bien ajeno.
El Scout es puro en pensamientos, palabras y obras.

Verás que la Ley tiene diez artículos formulados de manera positiva. Vamos, que, en vez de decir, por ejemplo “no mentirás”, dice “pon tu honor en merecer confianza”; o, en vez de “no robarás”, dice: “cuida del bien ajeno”. Baden Powell compuso diez artículos positivos y prácticos, adaptados al método y juego scout, cuyo objetivo es formar personas íntegras y ejemplares, útiles para la sociedad y el bien común. O, traducido en cristiano, la Ley Scout nos mueve a ser hombres y mujeres con mayúsculas, íntegros, sin doblez, teniendo como modelo a Aquel que es modelo de la Humanidad, el Hombre Nuevo, el Hijo de Dios, Jesucristo.

San Jorge ataviado como un Scout
(dibujo de Baden Powell)

B.P. quiso poner como patrón del escultismo a san Jorge de Capadocia, un santo mártir del siglo III del que apenas sabemos nada  y en torno al cual se crearon muchas leyendas en la Edad Media.

Una de ellas es su lucha con un dragón, al cual se enfrentó para liberar a una doncella. Y esto le vino muy bien para hablar de la importancia y sentido de la Ley Scout, diciendo:

«San Jorge es el modelo que deben seguir los Scouts: cuando se le presenta una dificultad o peligro, por grande que parezca, ni lo esquiva, ni lo teme, sino que le hace frente con todas sus fuerzas, aunque sólo cuente con una lanza y su caballo. Así ha de afrontar el scout las dificultades y peligros. El scout preparado y alerta sigue las huellas de San Jorge»

¿Y cuáles son las armas y batallas del Scout? la Ley y la Promesa. ¿Y cuál es su batalla? una “batalla espiritual”, la lucha contra el mal. El Scout que afronta la vida con su lanza (la Ley = el Evangelio) a lomos de su caballo (su Unidad = la Iglesia) sale victorioso. San Jorge no se enfrenta al dragón sin armas ni protección, ni improvisando el ataque, sino que se prepara dedicando tiempo a la planificación y pertrechándose con las armas y defensas adecuadas.

Esta historia de san Jorge y el dragón, surgió en el siglo IX como para ilustrar este pasaje de la carta de san Pablo a los Efesios:

«Revestíos de las armas de Dios para poder resistir las acechanzas del diablo (=el dragón). Manteneos firmes, ceñida vuestra cintura con la verdad, revestidos de la justicia como coraza, calzados con el celo por el Evangelio, embrazando siempre el escudo de la fe para que podáis apagar con él los encendidos dardos del maligno. Tomad también el casco de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios. Y manteneos siempre en oración y súplica» (Ef6, 10-20)

Las Bienaventuranzas:  Norte de nuestra Brújula.

Es muy importante tener presente toda esta relación de la Ley Scout con los Mandamientos, para poder explicar su relación con las Bienaventuranzas, porque el Evangelio nos las presenta como la Nueva Ley, que da plenitud a la Antigua.

Podemos encontrar las Bienaventuranzas en el Evangelio de san Mateo (5, 3-11), que nos muestra a Jesucristo como el “nuevo Moisés”, es decir, como aquel que trae la Nueva Ley y la Nueva Alianza, dando plenitud a la Antigua.  Por eso este evangelista, al transmitirnos las Bienaventuranzas, se entretiene en explicar que el Señor sube a un monte -como Moisés al Sinaí- y que, rodeado de la multitud de discípulos -como Moisés rodeado del pueblo de Israel- proclama un discurso que empieza con las Bienaventuranzas -como Moisés y su discurso, que empieza con los Diez Mandamientos- y contiene las enseñanzas necesarias para entrar en el Reino de los Cielos -en la Tierra Prometida cuando Moisés-. Así, Mateo está enseñándonos, con la descripción de la escena, que las Bienaventuranzas son la Nueva Ley de la Nueva Alianza.

El texto de San Mateo dice lo siguiente:

1. Bienaventurados los pobres de espíritu:
porque de ellos es el reino de los cielos. 

2. Bienaventurados los mansos:
porque ellos poseerán la tierra.  

3. Bienaventurados los que lloran:
porque ellos serán consolados,

4. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia:
porque ellos serán saciados 

5. Bienaventurados los misericordiosos:
porque ellos obtendrán misericordia.  

6. Bienaventurados los limpios de corazón:
porque ellos verán a Dios. 

7. Bienaventurados los pacíficos:
porque ellos serán llamados hijos de Dios. 

8. Bienaventurados los que sufren persecución por la Justicia:
pues de ellos es el reino de los cielos.  

Al igual que la Ley Scout, las Bienaventuranzas son frases positivas, pero, además, están escritas en un lenguaje poético que hace que no parezcan una Ley, sino unos deseos o consejos. Por eso, para comprenderlas bien, es necesario explicar ese vocabulario tan especial que utilizan.

“Bienaventurado” es un término que quiere decir  “dichoso” o “feliz” o “santo”. Y la “bienaventuranza” es todo un género literario utilizado muchas veces en la Biblia, y Jesús lo emplea para proponernos la Nueva Ley. Si escribiéramos la Ley Scout como bienaventuranzas, diríamos, por ejemplo: “Bienaventurado el scout que sonríe y canta en las dificultades”. Pero, además, una bienaventuranza tiene una segunda parte que sirve para indicarnos cuál es la recompensa. Así, traduciendo la Ley Scout, diríamos: “Bienaventurado el scout que sonríe y canta en las dificultades, porque alcanzará la verdadera felicidad”.

Como decía, el vocabulario de las bienaventuranzas es especial, poético, por eso, para entenderlas bien, es necesario -además de rezarlas- investigar un poco sobre qué quieren decir exactamente. Pero eso es algo para lo que aquí no hay espacio, así que sólo podré dar un par de pinceladas.

Jesús dice que serán bienaventurados los pobres, los mansos, los que lloran… ¿quiere esto decir que, por ejemplo,  tenemos que llorar para ser felices? No. Cuando la Biblia habla de “pobre” se está refiriendo al humilde que tiene su corazón puesto en los bienes del cielo y no en los de la tierra; y cuando se refiere al que “llora” habla de aquel que sufre por su empeño en la lucha contra el mal (encontrará el consuelo del Reino); y aquel que es “manso” es el que es dócil a la Voluntad de Dios (entrará en el Reino, la tierra prometida); el que tiene “hambre y sed de justicia” no es aquel que es tratado injustamente, sino aquel que busca conseguir la justicia de Dios, los bienes y valores del Reino (y los encontrará); y los que son “misericordiosos”son aquellos a quienes les duele el sufrimiento ajeno y lo comparten y combaten (y Dios también tendrá misericordia con ellos); el que es “limpio de corazón” es aquel que es sincero y sin doblez por dentro y por fuera (y ellos son quienes pueden ver a Dios); el “pacífico” es aquel que trabaja para conservar la unión entre Dios y los hombres, el que lucha contra el mal y la desunión (como el Hijo de Dios); y los que son “perseguidos a causa de la justicia” se refiere a aquellos que defienden la Verdad, a los que predican a Aquel que es el Justo, aquellos que anuncian y defienden la justicia del Reino de los Cielos.

Las ocho Bienaventuranzas del Sermón de la Montaña son las ocho condiciones necesarias para alcanzar la perfección cristiana, es decir, para ser como Cristo: santo. Así como antes decía que «lo que hace a un caballero ser caballero, es guardar las leyes de la caballería», y “lo que hace a un Scout ser Scout, es cumplir la Ley Scout”, ahora podemos añadir que “lo que hace a un cristiano ser cristiano es cumplir las Bienaventuranzas (=ser como Cristo)”

Los Diez Mandamientos que Moisés recibió de Dios en la montaña del Sinaí, eran necesarios para estar en Paz con Dios y entrar en la Tierra Prometida. Las Bienaventuranzas, dadas por Jesucristo, también en una montaña, son necesarios para estar en Comunión con Dios (=Paz) y entrar en el Reino de los Cielos (=Tierra Prometida). Las Bienaventuranzas son la plenitud de los Mandamientos, y la Ley Scout es un reflejo de las Bienaventuranzas.


La Ley es nuestra Brújula, indica el Norte, que es Cristo y su Evangelio, su Buena Noticia:  las Bienaventuranzas.
No dejes que tu brújula quede imantada por otras “leyes” de este mundo y deje de indicarte el Norte.

 

3 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Armando Valderrutén Reyes dice:

    Hola Abraham, que buen artículo sobre este paralelo, el cual me ha servido de apoyo para una exposición sobre le tema de la Ley y Promesa Scout en un Indaba de dirigentes del centro del Valle del Valle del Cauca, más exactamente en la ciudad de Tuluá

    1. Abraham+ dice:

      Gracias! ¡Siempre Alerta!

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